Viajar a Marruecos no es solo cruzar continentes, es entrar en un mundo donde cada calle huele a especias, cada comida es un ritual, y cada rincón parece sacado de un cuento árabe. Aquí te dejamos una guía para explorar el país a través de su gastronomía, costumbres y experiencias únicas.
Uno de los íconos de la cocina marroquí, el tajín (tajine) es un guiso cocido lentamente en una vasija de barro con forma cónica. Puede ser de cordero con ciruelas, pollo con limón encurtido o vegetales especiados.
No importa si hace calor o frío, el té de menta marroquí es omnipresente. Se sirve con azúcar y hierbabuena, y siempre con una sonrisa. Lo más importante es cómo se vierte: desde lo alto, para crear espuma y “darle vida”.
🍃 Ritual: Aceptarlo es símbolo de respeto. Rechazarlo puede considerarse descortés.
Marruecos es un festín de especias: comino, cúrcuma, ras el hanout, canela y jengibre. Todo tiene aroma, color y calor.
🛍️ Tip de viajero: Visita los zocos de Fez o Marrakech y compra pequeñas bolsitas de especias para llevarte el viaje en tu maleta.
Especialmente popular durante el Ramadán, esta sopa espesa de lentejas, tomate, garbanzos y cordero es pura energía y tradición. Acompañada de dátiles y pan fresco, es una comida completa.
Brochetas de cordero o pollo
Msemmen: pan tipo crepe cuadrado, perfecto con miel
Bissara: puré de habas con aceite de oliva
Zaalouk: ensalada tibia de berenjenas y tomates
Después de tanto comer, vive la experiencia de un hammam tradicional. Es un baño de vapor con exfoliación, muy popular entre locales, que también forma parte de la cultura de limpieza y relajación.
Los mercados de especias de Marrakech
Las callejuelas azules de Chefchaouen con panes caseros secándose al sol
Las teteras humeantes al atardecer en Essaouira
El bullicio de la plaza Jemaa el-Fna, donde se cocina frente a tus ojos
Este país te invita a saborear, oler, tocar y escuchar antes de juzgar. Es un lugar que transforma, que enseña, y que deja huella… especialmente en el paladar.